El sábado y domingo, de 12.00 a 22.00 es la 21 edición de Montevideo Comics, evento que reúne comics, charlas, películas, animé, juegos de rol y más, en el Antel Arena.
A lo largo de estos 21 años, Montevideo Comics se ha celebrado en distintas locaciones: desde sus tímidos comienzos en el sótano del boliche Pachamama al Antel Arena, dos locaciones que son una evidencia del camino recorrido. Se incluyen escalas en la estación de AFE, el cine Plaza, los auditorios del Sodre.
Lo del Antel Arena será este sábado y domingo, con entradas en venta por Tickantel. Se pueden sacar para cualquier de los días, hay abono para ambas jornadas, y todo un abanico de precios y beneficios. Para Matías Castro, uno de los creadores de Montevideo Comics y su director desde siempre, han sido varios los momentos inolvidables.
Castro tiene el recuerdo grabado de cuando abrieron las puertas de Montevideo Comics por primera vez. “Habíamos hecho un esfuerzo para la difusión, con nuestros pocos recursos, pero en el Uruguay del 2002 no teníamos ni idea de lo que iba a pasar”, comenta.
“Me acuerdo la apertura de las puertas, y esas primeras personas que entraron con cara de sorpresa, de a ver qué pasa. De eso me acuerdo clarito. Estaba en la portería y recuerdo ver que había una fila, serían 20 personas, pero había público”, comenta Castro.
El cine de superhéroes no era una industria como hoy, el animé (animación japonesa) y los mangas (comic japonés) estaban reservados para un pequeño nicho de público, y no existía la difusión masiva que generan las redes sociales.
“La presencia de la historieta a nivel cultural era mil veces menor que en la actualidad”, dice Castro.
Desde esa primera experiencia, Montevideo Comics creció, y mucho. El pico de público lo tuvieron el año pasado: 10.000 personas deambulando por el Auditorio del Sodre, lo que para los organizadores fue una sorpresa.
“Si bien terminó siendo incómodo para el público el poder circular por el Auditorio, y por eso nos fuimos al Antel Arena, fue genial ver tanta gente y esa reacción de afecto que tenían hacia el festival. Eso tiene que ver con el clima que se genera, porque la gente va predispuesta a vivir el fin de semana de otra manera”, dice Castro.
Igualmente los planes para esta edición son pocos: sobrevivir. “El desafío es hacer esta edición, que funcione todo bien, pasar en limpio y ver cómo hacerlo más cómodo para el año que viene. Ahora todo es nuevo, difícil, pero el tema es empezar a conocer el terreno”, comenta Castro.
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